Más valiosa que los diamantes.

Hay tantas cosas que damos por sentadas, tantas cosas a las que no otorgamos su valor real. Nuestra sociedad o como diría un amigo mio (como está montao el tinglao ahora), nos educa para ser materialistas hasta la médula, y ya no es que nadie sea capaz de luchar por sus ideales,  es que empezamos a no tener ni ideales (a no ser que estos sean poseer más bienes que el vecino).

Yo intento valorar cada día las cosas sencillas, como una simple gota de agua, y pienso qué sería de mi si algún día me faltara. Y si tengo la suerte de toparme con un idealista, no pensaré que es un tonto, o que no tiene cabida en nuestro mundo, todo lo contrario... lo valoraré como algo precioso, puesto que es uno de los bienes más escasos en nuestros días.